viernes, 5 de marzo de 2010

Se descubre uno de los mecanismos naturales que ralentizan la progresión de la infección por VIH

Los resultados de este estudio pueden abrir una nueva línea de investigación para su uso como herramienta de diagnóstico o terapéutica

Miguel Vázquez - 05/03/2010


Hace tiempo que se sabe que hay personas infectadas por VIH que consiguen mantener la infección controlada sin necesidad de tomar fármacos. Estas personas controladoras de élite constituyen la prueba de que es posible generar una respuesta inmunitaria capaz de enfrentarse con éxito al virus. El estudio de estas personas ha permitido desentrañar distintos mecanismos a través de los cuales estas personas consiguen controlar la infección, como los anticuerpos ampliamente neutralizantes (véase La Noticia del Día 08/09/09) o, como el caso que nos ocupa ahora, las defensinas. El reto es traducir estos descubrimientos en terapias o vacunas capaces de prevenir la infección o, en el caso de los pacientes ya infectados, reducir o eliminar la necesidad del uso de antirretrovirales.

Las defensinas son unos péptidos antimicrobianos generados de forma natural por el propio organismo y que presentan una gran actividad anti-VIH, así como efectos moduladores del sistema inmunitario. Atendiendo a sus características estructurales, existen dos familias en los humanos, las α (alfa) y β (beta) defensinas, ambas con efecto antirretroviral.
Recientemente se ha demostrado que las células dendríticas inmaduras producen α-defensinas 1-3, que a su vez modulan el proceso de maduración y diferenciación dichas células. Como la interacción entre las células dendríticas y el VIH desempeña un papel crucial en las primeras etapas de la infección (las células dendríticas serían las encargadas de llevar el virus a los ganglios linfáticos para desencadenar la respuesta inmunitaria frente al mismo), se ha investigado el posible impacto sobre la progresión de la infección que podría tener la producción de estos péptidos por parte de las células dendríticas.

En este sentido, la revista PLoS One ha publicado recientemente un estudio llevado a cabo en el Hospital Clínic Universitari de Barcelona. En él participaron personas sanas sin VIH (pacientes control) y pacientes infectados por el VIH-1, que a su vez fueron divididos en: controladores de élite (con carga viral en plasma inferior a 50 copias/mL en todas las pruebas en ausencia de terapia), controladores virémicos (con cargas virales en plasma entre 50 y 5.000 copias/mL sin terapia), no controladores virémicos (pacientes cuya carga viral en plasma superaba las 5.000 copias/mL sin terapia) y pacientes que recibían terapia antirretroviral. Todos ellos presentaron recuento de linfocitos-T CD4 por encima de las 450 células/mm3. El hecho de que todos tuvieran el mismo nivel de CD4 permitió descartar que las posibles diferencias en las respuestas se debieran a diferencias en el nivel del sistema inmunitario.

Se encontró que la producción de α-defensinas 1-3 aumentó de forma significativa en los pacientes con VIH frente a los controles y este aumento se debió principalmente a los controladores, mientras que en los no controladores, éste aumento no fue estadísticamente significativo. La producción de α-defensinas1-3 estuvo relacionada con los recuentos de CD4 (un parámetro de la progresión de la infección por VIH) en el caso de los pacientes controladores, pero no fue así en el de los no controladores. Por otro lado, con independencia de su clasificación clínica, los pacientes con VIH que presentaron un mayor nivel de secreción de α-defensinas1-3 evidenciaron una progresión más lenta de la infección (determinada por la ausencia de un descenso por debajo de 350 células/mm3, un menor aumento de la carga viral en plasma y no haber iniciado el tratamiento con el tiempo).

Así, el nivel elevado de producción de α-defensinas 1-3 por parte de las células dendríticas inmaduras parece constituir un factor de protección propio del huésped frente a la progresión de la infección por VIH-1, lo que sugiere la existencia de implicaciones diagnósticas, terapéuticas y preventivas. Este efecto protector podría explicarse porque las α-defensinas 1-3 dañarían a los viriones antes o incluso después de su internalización por las células dendríticas inmaduras, favoreciendo así que los procesos de procesamiento viral y de presentación a las células-T CD4 específicas del VIH sean más eficaces, evitando o reduciendo al mínimo la tasa de transmisión de viriones del VIH-1 infecciosos.

En su conclusión, los autores consideran demostrado que las células dendríticas de los pacientes con VIH capaces de controlar por sí mismos la infección produjeron unos niveles más elevados de α-defensinas1-3, un dato que se correlaciona de forma positiva con los recuentos de células-T CD4 y se relacionaron con una progresión más lenta de la infección.

Estos resultados pueden abrir una nueva línea de investigación y serán necesarios futuros estudios para determinar el posible valor de las α-defensinas 1-3 como herramienta de diagnóstico o terapéutica.

Fuente: Elaboración Propia/PLoS One
Referencia: Rodríguez-García M, Climent N, Oliva H, Casanova V, Franco R, et al.
(2010) Increased α-Defensins 1-3 Production by Dendritic Cells in HIV-Infected Individuals Is Associated with Slower Disease Progression. PLoS ONE 5(2): e9436. doi:10.1371/journal.pone.0009436

No hay comentarios: